13. Sitges 1.980

A pesar de que las subvenciones seguían sin llegar y la situación económica era más que delicada, el Festival de Sitges no falto a su cita otoñal en 1.980 entre los días 4 y 11 de octubre. Como en la anterior, su director Antonio Rafales, tubo que recurrir principalmente al cine de serie B, para dar formato a la programación.

El Jurado internacional estuvo formado por el  poeta Joan Brossa, Hanna Sansonowska , Jacinto Molina (es decir, Paul Naschy), el escritor y ensayista italiano especialista en el género Danilo Arona y Eduardo Sou-er Mo, y el Palmares fue el siguiente:

Clavel Medalla de Oro al mejor director : Veljko Bulajic (Legenda O Caru Scepanu Malom)

Clavel medalla de Plata al mejor director de cortos: Josko Marusic (Riblje Oko)

Clavel Medalla de Plata al mejor guión: Everett de Roche (Harlequin)

Clavel Medalla de plata al mejor actor: Nicholas Worth (Don’t Answer the Phone)

Clavel Medalla de plata a la mejor actriz: Cyd Hayman (The Godsend)

Clavel Medalla de Plata a la mejor fotografía: Gary Hansen (Harlequin)

Clavel Medalla de Plata a los Mejores Efectos Especiales: Wang Shin-Li (Sacrificio Nocturno)

Premio Internacional de la crítica: Harlequin, dir. Simon Wincer

Aunque el presupusto era muy reducido, en esta edición se aposto por dar importancia a la Gala de Inaguración, y se aposto por la española «Morir de miedo» y así conseguir la presencia de  Angel Huete, productor y su principal actriz, Mónica Randall.

Se repitió la formula de las anteriores ediciones, con Secciones Competitiva, Informativa y Retrospectiva

La Retrospectiva se dedicó al cine estadounidense de terror de los años 40 y 50, con la particularidad de que las proyecciones eran dobladas al italiano.  Los títulos recuperados fueron: Cat People, dir. Jacques Tourneur, The Invisible Man Revenge, dir. Ford Beebe
Frankenstein 70, dir. Howard W. Koch, Devil Bat, dir. Jean Yarbrought, Invasion of the Body Snatchers , dir. Don Siegel, The Thing… From Another World, dir. Christian Nyby, It came from outer space dir Jack Arnold.

 

 

Dentro de la Sección Informativa destacan por diferentes motivos «Summer of Fear» (Las dos caras de Julia), dir. Wes Craven que volvia al Festival después de triunfar con «Las colinas tienen ojos»,  «Golem», dir. Piotr Szulkin, La Nuit des Traquees  de Jean Rollin, que mostraba que los duros tiempos de la censura erán un triste recuerdo. Y como experimento curioso la proyección de miniseries de TV que fuerón recortadas y exhibidas como películas  «The Martian Chronicles» cuya serie original constaba de tres episodios de 120 minutos cada uno y lo que se vio en Sitges eran 110 minutos.

 

Y dentro la Sección Competitiva entre otras se proyectarón:

«Doctor Quatermass » que tambíen era una serie recorta y remontada, la serie original constaba de cuatro episodios de 50 minutos cada uno pero la versión cinematográfica que se vio en Sitges y se estrenó comercialmente en salas tiempo después eran 105 minutos .

«Harlequin» que ganaria los premios a mejor Guión y el de la critica, y dejaba patente el excelente nivel del cine australiano y su gran acogida en Sitges, tras «Patrick» y «Thrist»

«Maniac», dir. William Lustig y «Macabro» de Lamberto Bava, que con el tiempo han pasado a ser títulos imprescindibles del terror.

 

Y por último destacar «The Mother’s Day»  de Charles Kaufman, porque tambiés es un clásico, porque es Troma, pero sobretodo porque dio la inicia a un «ritual» festivalero que ha llegado a nuestros días, y es que esto se pudo leer en la crónica de La Vanguardia «Con Mother’s Day, de Charlie Kaufman, el cine americano sigue apuntándose al pastiche terrorífico estilo Viernes 13, aunque el filme recuerda todavía más a Las colinas tienen ojos, de Wes Craven, exhibida en Sitges-77 y estrenada comercialmente el pasado mes de enero. Aquí el peligro proviene también de una familia muy poco recomendable: una madre loca y sus dos hijos, tan paranoicos como ella, a los que alienta en sus salvajadas. Las víctimas serán tres ex compañeras de colegio que pasan el fin de semana yendo de camping en unos parajes supuestamente idílicos. El filme se sustenta en los efectos especiales. Encontramos nuevamente el leit motive de estas cintas americanas: las personas más pacíficas también liberan sus instintos reprimidos y se vuelven tan salvajes como el agresor. Una tesis ciertamente pesimista. El repertorio de armas mortíferas tiene la variedad y sadismo habituales incluyendo la utilización de un televisor en funcionamiento como arma homicida lo que encierra un sarcasmo que el público rubricó con risas y aplausos

Capturamo

Sí, lo de reir y aplaudir con muertes, viene de entonces.

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