THE PRODIGY

Año: 2019
Duración: 92 min.
País: Estados Unidos Estados Unidos
Dirección: Nicholas McCarthy
Guion: Jeff Buhler
Reparto: Taylor Schilling, Brittany Allen, Jackson Robert Scott, Colm Feore, Peter Mooney, Olunike Adeliyi, David Kohlsmith, Mark Sparks, Michael Dyson, Ava Augustin,

 

 

La primera noticia que tuve de esta película fue hace un par de semanas al ver su cartel, y la verdad es que me impresionó mucho, a esto le añadimos que pertenece al subgénero decir «niño chungo» levantó todos mi interés y ganas de verla lo antes posible, para evitar leer spoilers o opiniones negativas que hicieran bajar mi interés.

En la introducción vemos una escena que transcurre paralelamente en dos escenarios intercalando las imágenes, en una una chica se escapa de un asesino y consigue avisar a la policía que lo acaba matando, en la otra una mujer va al Hospital con su marido para dar a luz a su primer hijo. Este niño habla con pocos meses, y poco a poco va demostrando sercsuperdotado. Pero al llegar als 8 años, empieza a comportarse de forma extraña, siendo cada vez más perverso y malvado…

La verdad es que la película me ha sorprendido gratamente, tanto por su guión, sus sorpresas como por su dirección, teniendo algunas escenas realmente espectaculares. Desde su introducción con imágenes similares en los dos escenarios vemos que se pretende ser diferente, aunque en otos momentos se recurra a los tópicos del terror. Es muy destacable que no abuse del susto fácil, al que únicamente se recurre en un par de ocasiones. En el resto se crea un ambiente de tensión, con la acción rodadas pausadamente, alargandolas mucho, de manera que el espectador se siente agobiado. O incluso dejando al espectador clavado con los diálogos del niño, especialmente en dos escenas, dónde se muestra cruel y retorcido. Otro destacar es su valentía en la historia, de entrada nos muestra algo ya visto, pero con un origen diferente, pero a medida que va avanzando la historia nos ofrece aspectos nada usuales en el cine, y menos en el comercial. La escena entre el niño y el terapeuta te deja helado. Y como no podía faltar en una película de este tipo, hay un giro , que si bien lo ves antes de que se desvele, es un golpe en la mesa y muy efectivo. Y como colofón un gran final y epílogo cruel, pero muy acertado. Y por último destacar la interpretación del niño, que solo con su expresión crea el escalofrío, sobretodo en el último tercio.

En resumen, una grata sorpresa

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